El dolor es parte de la experiencia.P
Un poco fuerte el título cierto!!!
Pero cuando hablo de dolor, me refiero a dolor real... desde la catástrofe de olvidar poner sal a un plato, hasta el error de usar sal en vez de azúcar, una salsa que estaba quedando simplemente perfecta, reducida a un caramelo salado y desagradable sólo por un "descuido" al estar emplantando....
Se imaginan alguna de las situaciones anteriores sólo unos segundos antes de presentar el plato al chef en la escuela?? sí, me pasaron algunas de esas situacion -no todas-.
Pero también hay otra clase de dolor que tocará inebitablemente sufrir, quemaduras y cortadas, les contaré sobre dos de las peores que he sufrido.
La primera un completo descuido, abrí una tapa de una vaporera y no lo hice correctamente y mis dedos se quemaron horrorosamente por la enorme cantidad de vapor que salía, poner agua y seguir cocinando.
O la segunda, que les confesaré es por mucho vergonzosa de admitir... estaba poniendo en práctica los conocimientos adquiridos esa semana en la escuela y me disponía a preparar un caldo de camarones...
Puse el vino, las cáscaras del camaron, la hoja de laurel... y cuando todo herbía, debía de licuar la mezcla y retirar la porosidad con un colador...
Todo se lee súper cierto!!! hasta parecía que sabía lo que estaba haciendo....
Pero un pequeño detalle de las licuadoras profesionales vs las que tenemos en nuestras casas es que las profesionales tienen una salida del vapor, para licuar sin problemas mezclas calientes... peeeeroooo esto no sucede en las licuadoras "comunes".
Para no agotarlos con la historia, puse la mezcla hirviendo en mi licuadora la tapé y cuando la encendí, literalmente explotó, me quemé la barbilla el cuello el brazo.... fue horrible!!!!
Ese día aprendí, que en la cocina hay que estar siempre alerta, y observarlo todo... también aprendí que poner agua fría y continuar era necesario, porque la producción no se detendría.
Y esque así es muchas veces la vida misma no!!! nos lastimamos pero nos toca poner un antídoto y continuar aunque duela.
La gastronomía para mi se convertía día a día en una forma de vida,que aportaba conocimiento, placer pero también me ensañaba como caminar.
Pero cuando hablo de dolor, me refiero a dolor real... desde la catástrofe de olvidar poner sal a un plato, hasta el error de usar sal en vez de azúcar, una salsa que estaba quedando simplemente perfecta, reducida a un caramelo salado y desagradable sólo por un "descuido" al estar emplantando....
Se imaginan alguna de las situaciones anteriores sólo unos segundos antes de presentar el plato al chef en la escuela?? sí, me pasaron algunas de esas situacion -no todas-.
Pero también hay otra clase de dolor que tocará inebitablemente sufrir, quemaduras y cortadas, les contaré sobre dos de las peores que he sufrido.
La primera un completo descuido, abrí una tapa de una vaporera y no lo hice correctamente y mis dedos se quemaron horrorosamente por la enorme cantidad de vapor que salía, poner agua y seguir cocinando.
O la segunda, que les confesaré es por mucho vergonzosa de admitir... estaba poniendo en práctica los conocimientos adquiridos esa semana en la escuela y me disponía a preparar un caldo de camarones...
Puse el vino, las cáscaras del camaron, la hoja de laurel... y cuando todo herbía, debía de licuar la mezcla y retirar la porosidad con un colador...
Todo se lee súper cierto!!! hasta parecía que sabía lo que estaba haciendo....
Pero un pequeño detalle de las licuadoras profesionales vs las que tenemos en nuestras casas es que las profesionales tienen una salida del vapor, para licuar sin problemas mezclas calientes... peeeeroooo esto no sucede en las licuadoras "comunes".
Para no agotarlos con la historia, puse la mezcla hirviendo en mi licuadora la tapé y cuando la encendí, literalmente explotó, me quemé la barbilla el cuello el brazo.... fue horrible!!!!
Ese día aprendí, que en la cocina hay que estar siempre alerta, y observarlo todo... también aprendí que poner agua fría y continuar era necesario, porque la producción no se detendría.
Y esque así es muchas veces la vida misma no!!! nos lastimamos pero nos toca poner un antídoto y continuar aunque duela.
La gastronomía para mi se convertía día a día en una forma de vida,que aportaba conocimiento, placer pero también me ensañaba como caminar.
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