Cuando sabes que cambiaste.
Sé que se puede leer algo exagerado, pero cuando estudias gastronomía llegas a un punto en el que sabes que no volverás a ver la comida de la misma forma en la que lo hacías....
Durante mis estudios preparamos platillos realmente deliciosos, llenos de técnica, y sabor, pero fue cuando hice pasta fresca, cuando supe que ya no sería la misma.
Todos tenemos platillos preferidos, en mi caso la pizza han sido siempre mi debilidad, había comido buenas pastas y otras no tan buenas, al igual que pizzas, pero el día que el chef Rubén los enseño ha realizar nuestras propias pastas, con las salsas que ya habíamos aprendido, y las que ya podíamos crear, Wow ese día no podía parar de comer.
Digamos que yo sólo comía un poquito de la comida que aprendía a preparar y el resto lo llevaba a mi casa, porque cocinábamos mucho, y bueno no quería que mis caderas me reprocharan tanta comida, pero con la pasta, simplemente no pude evitarla, esa carbonara era angelical, un reto para mis pupilas.
Y es ese día cuando por fin entiendes que la vida de un cocinero es diferente, va más allá de conocer ingredientes o preparar recetas, aprendes a amar la comida, a distinguir cuando un platillo por más simple que sea ha sido ejecutado correctamente, y cuando quien lo preparó dejó en él su corazón.
Ese día sabes que cambiaste....
Durante mis estudios preparamos platillos realmente deliciosos, llenos de técnica, y sabor, pero fue cuando hice pasta fresca, cuando supe que ya no sería la misma.
Todos tenemos platillos preferidos, en mi caso la pizza han sido siempre mi debilidad, había comido buenas pastas y otras no tan buenas, al igual que pizzas, pero el día que el chef Rubén los enseño ha realizar nuestras propias pastas, con las salsas que ya habíamos aprendido, y las que ya podíamos crear, Wow ese día no podía parar de comer.
Digamos que yo sólo comía un poquito de la comida que aprendía a preparar y el resto lo llevaba a mi casa, porque cocinábamos mucho, y bueno no quería que mis caderas me reprocharan tanta comida, pero con la pasta, simplemente no pude evitarla, esa carbonara era angelical, un reto para mis pupilas.
Y es ese día cuando por fin entiendes que la vida de un cocinero es diferente, va más allá de conocer ingredientes o preparar recetas, aprendes a amar la comida, a distinguir cuando un platillo por más simple que sea ha sido ejecutado correctamente, y cuando quien lo preparó dejó en él su corazón.
Ese día sabes que cambiaste....
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